viernes, 22 de febrero de 2013

MAESTRO, USTED TIENE LA CABEZA COMO UNA PANELA

Semblanza de Don Jaime Arroyave Rendón, El Mejor

Se dice que los hombres pasan y las instituciones quedan, lo cual es una verdad a medias porque en algunos casos es imposible desligar al hombre de la institución y viceversa, como sucede con Millonarios y Don Jaime Arroyave Rendón, el Loco, el Pantalonudo o como quiera llamársele, en todo caso personaje íntimamente ligado a la historia azul. 60 títulos en todas las categorías y un montón de grandes figuras del fútbol colombiano son la razón de ese lazo indisoluble. Ahora, cuando Millonarios obtuvo la estrella 14 después de 24 años de sequía, es apenas justo recordar a quien tantas enseñanzas y tanta gloria le dio al equipo. En su época Millonarios proveía de jugadores de primer nivel a todo el fútbol colombiano, hoy, de esa cantera solo queda el recuerdo y un par, cuando mucho, de jugadores de la casa.

Don Jaime Arroyave inaugurando la Tienda Azul.

Es el mayor descubridor de talentos que ha tenido el fútbol colombiano. Fue quien descubrió y pulió figuras de la talla de Alejandro Brand, Jaime Morón, Willington Ortiz, Alonso López, Astolfo Romero, Héctor Céspedes, Eladio Vásquez, Enrique Florián, Álvaro Duarte, Germán Gutiérrez de Piñeres, Senén Mosquera, Cheché Hernández, Otoniel Quintana y muchos otros a quienes les debe Millonarios varias de las 14 estrellas que hoy adornan su escudo.


Willington, Don Jaime y Millonarios, mucha historia junta

El de loco, en su caso, es un título ganado a pulso y con todos los honores. Solo a uno de verdad se le podría ocurrir echarse gotas en los ojos para parecer lloroso y enfermo y salir a abrazar un General de la República preguntándole ¿Cuándo llegó mamacita? para conseguir un traslado a Bogotá que, sobra decirlo, fue ordenado de inmediato. Así llegó a esta ciudad.

O como en Neiva, cuando finalizando un partido el árbitro pitó un penal en contra, lo que motivó una rabieta histórica. Fue tanta que cayó al piso convulsionando, motivo suficiente para suspender el partido y llevarlo a la enfermería del batallón donde se jugaba el partido. De lo que pocos se enteraron es que a mitad de camino abrió un ojo, se cercioró de que no hubieran moros en la costa y dijo: tranquilos muchachos que yo estoy bien, es que el prestigio de Millonarios no lo vamos a dejar aquí…

Sus frases eran, y siguen siendo, un compendio de sabiduría futbolística que si se aplicara hoy nos permitiría ver un fútbol menos tacaño, más rico en emociones, más viril quizá: ¿Se le perdió la pelota? Búsquela y me la trae, o no vuelva, y uno sabía que era en serio, por eso el que perdía la pelota era el primero en empezar la tarea de recuperarla, lo que hacía de Millonarios un equipo casi invencible. La gente, el hincha, tiene que irse feliz para la casa, nos repetía una y otra vez.

Aquí el que no corre no sirve, ¿o es que estás confundido querido? Esto es Millonarios! Tiene la cabeza como una panela maestro, abra los ojos para cabecear! Vea, este descubrió como se hacen los goles, cuan curioso! Pica más un arequipe, joven, que pasó que no ha empezado a correr? Ehhh! Tiene más fuerza un churriento! Un partido sin goles es como una orinada sin espuma, maestro, a ese equipo le tenemos que hacer 5!

La actividad deportiva fue, y de alguna manera sigue siendo, el eje de su vida, la de su familia y la de muchos de sus amigos. Fue él quien trajo al país el fútbol de salón, única disciplina de conjunto que le ha dado un título mundial al país, después de una larga brega para organizar campeonatos, conseguir patrocinios y convencer a mucha gente de que ese sueño podía hacerse realidad. Y lo hizo bien.

Ganar los campeonatos producía momentos de mucha alegría, no hacerlo generaba momentos de mucha tristeza pero muy breves ambos, en minutos estaba planeando el siguiente torneo, el próximo partido, analizando al siguiente rival. No había derrotas sino oportunidades para aprender, para mejorar, lección que le enseñó a sus hijos y a todos nosotros, que de alguna manera lo éramos también. Más de uno vivió y comió todos los días, por meses, en su casa. Tierno no fue, pero generoso si, en exceso.

No solo descubrió talentos y buenos jugadores, también los formó, los fundamentó, como se dice ahora, les inculcó valores, respeto por la afición, por la camiseta, por el deporte, por el equipo, los disciplinó, educó y se hizo inolvidable a su manera. Nos dio tantas lecciones, nos grabó a fuego tantas frases y tenemos tantas historias para contar que aún hoy forma parte de la vida, aunque él no lo sepa, de los más de 3000 aspirantes a futbolistas que tuvimos la fortuna de ser discípulos suyos.

De anécdotas suyas podrían escribirse libros enteros, hechos de los que pocos colombianos pueden ufanarse también hay muchos. Fue condecorado por tres presidentes: Gustavo Rojas Pinilla, Andrés Pastrana y Juan Manuel Santos. Curiosamente, en el año en que Pastrana lo condecoró por sus logros deportivos, lo hizo también con Liliam, una de sus hijas, actriz, Psicóloga y Teniente Coronel de la Fuerza Aérea por sus logros en el terreno militar. Ironías de la vida: la hija del Loco es psicóloga…

Es hombre de muchos conocidos pero de pocos amigos. Entre estos siempre menciona con mucho aprecio al Médico y compositor Jorge Villamil, al Doctor Gabriel Ochoa, su descubridor, según dice, y a Luis Carlos Galán.

Como buen loco tiene unas ideas comerciales fabulosas, uno no se explica como es que vive de una modesta pensión y no de los muchos millones que pudo haber ganado con esas ideas. A mí, por ejemplo, me ha propuesto montar una fábrica de aire acondicionado para motos, otra de ruanas en la Dorada o una de helados en el Cocuy. Estamos buscando patrocinios, por si algún otro loco está interesado.

Nació en el municipio antioqueño de Gómez Plata, el 25 de enero de 1928, pueblo del que fue Alcalde. Cuenta él que desde que entregó la alcaldía el municipio se llama Gómez, a secas. De nada se ufana excepto de tener un ojo derecho que no se consigue en el Ley, ni en el Éxito o la Panamericana, por eso nadie volvió a descubrir a puro ojo tantos jugadores como él. El fútbol colombiano tiene urgencia de locos así, íntegros, generosos y comprometidos, pero dudo mucho que el Dios del fútbol vuelva a marcar un golazo como ese.


En su ambiente natural, el estadio, y con gente joven que sabe bien quien es, a pesar de no haber vivido su época.

Para él los logros deportivos y profesionales son accidentes afortunados, nada más. De lo que si se siente profundamente orgulloso y no pierde oportunidad para decirlo es de sus hijos, “Nacho”, quien jugó en las divisiones inferiores de Millonarios como arquero, hoy es Médico Anestesiólogo, vive en puerto rico con su esposa y dos hijos, Jaime Ignacio y Sebastián David.

Jesús Alberto también jugó en Millonarios, jugaba tan bien que lo lesionaron y no pudo seguir jugando, hoy es Contador Público, tiene un hijo, Jesús Alberto, y vive en Colombia.

Myriam es ingeniera de sistemas y auxiliar de vuelo en American Airlines, vive con su esposo e hija Lilian Lucía en Puerto Rico. Ella le dio el primer bisnieto, el loco Jean Sebastián, de 10 años.

Luis Jaime, “Gafas”, fue defensa en las inferiores de Millonarios, dónde más. Hoy es Ingeniero Químico, vive en Puerto Rico con su esposa y sus tres hijas Rocío, Eleane, actual Miss Teen Puerto Rico, y Nilka Iliana.



Liliam, actriz Psicóloga y Teniente Coronel (r) de la gloriosa Fuerza Aérea Colombiana, como lo dice destilando orgullo.

En todo caso, y contrario a lo que dice Arturo de Córdoba, personaje que menciona con frecuencia, él, su trabajo y su familia sí que tienen la mayor importancia, como su amistad, los tangos de Gardel y la gratitud de sus amigos y pupilos. En todo caso y por sospecha, Gracias Profe!

Carlos Fernando Márquez M.

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